miércoles, 13 de junio de 2012

Tabla de San Pedro (Museo del Cincuentenario de Bruselas –Bélgica-)

En el Museo del Cincuentenario de Bruselas se expone una tabla gótica, con la única reseña de que procede de España, dedicada a San Pedro. La tabla llegó al entonces Museo Real en 1887 a través de L. de Farcy que la había adquirido a un anticuario después de haber pasado por varias manos.
Aunque no se ha podido precisar con exactitud donde estuvo ubicada en origen, si que se sabe que procede de los territorios de la Corona de Aragón. Por sus aspectos formales la tabla se encuadra dentro del gótico lineal de tradición inglesa y se data en el primer tercio del siglo XIV, concretamente hacia 1328 o poco después. Se trata de una composición rectangular compuesta de un compartimiento central flanqueado por cuatro escenas a cada lado distribuidas en dos registros superpuestos. María Melero-Moneo, que la ha estudiado en profundidad, dice de su iconografía que se trata de un interesante y complejo programa propagandístico en defensa del papado de Avignon.


La tabla está rodeada por un marco en el que se conjugan estilizados elementos decorativos de tipo vegetal con escudos heráldicos con el señal de los reyes de la Corona de Aragón. Cada una de las escenas se rodea a su vez de un marco arquitectónico de carácter decorativo con una inscripción en latín en la parte superior que identifica el tema tratado, y un fondo plateado, surcado de incisiones en forma de hojas y flores.


Las escenas se leen de izquierda a derecha del espectador, completando primero el registro superior antes de pasar al inferior, y todos los compartimientos laterales antes que el central, que en cierto modo viene a ser una conclusión y síntesis del programa iconográfico. Esta tabla central presenta una efigie de San Pedro como obispo de Roma, o lo que es lo mismo, como primer pontífice romano.


En la primera escena se representa la discusión de San Pedro y Simón el Mago ante Tito en la que aparecen en primer plano las figuras de San Pedro y Tito entronizado; en un segundo plano lo hace Simón el Mago situado detrás del trono de Tito; finalmente, en el fondo se sitúa un soldado de la guardia de Tito.


En segundo lugar, la aparición de Cristo a San Pedro en Roma. En esta escena la composición está focalizada por la cabeza de Jesucristo que aparece en el ángulo superior derecho y se dirige hacia abajo, donde se contrapone a la figura de San Pedro, semiarrodillado y dirigido hacia arriba.


A continuación, la consagración de San Clemente como sucesor de San Pedro en la cátedra romana, sencilla composición con dos figuras de perfil oponiéndose a ambos lados de un eje central de simetría, lo cual implica también simplicidad espacial, aunque en este caso hay cierta ambigüedad motivada por la arquitectura del fondo, que en su parte baja puede integrar un interior como requiere el tema de la escena, pero que en la parte alta alude indirectamente a un espacio exterior por el campanario de una iglesia que allí aparece.


El último registro de la parte superior representa la llegada de San Pablo a Roma y el encuentro con San Pedro.  Se mantiene en esta escena el esquema simétrico y simple, además de la clara desproporción de las figuras respecto al fondo arquitectónico, a pesar de haberse modificado éste ampliando la arquitectura de forma un tanto forzada de manera que no hay un trazado claro del espacio arquitectónico, ya que el arco que nace en la columna del edificio del fondo no puede continuar con el arco trazado sobre la figura de San Pedro. Tampoco se terminó correctamente el perfil de la figura de San Pablo, que queda algo ambigua, puesto que la parte superior del cuerpo tiene disposición frontal, mientras que la cabeza y mitad inferior del cuerpo están colocados de perfil.


En el quinto registro, primero de la parte inferior, se representa la escena de la falsa decapitación de Simón el Mago. Aquí los personajes abarrotan el campo compositivo, determinando una cierta asfixia espacial y la ausencia de un campo real en el que estos personajes puedan moverse. De alguna manera sigue el esquema de la primera escena en algunos aspectos, como la postura de Nerón entronizado o el soldado de su guardia. Para conseguir sensación de profundidad se han colocado algunos personajes más elevados que otros, como el verdugo que se dispone a cortar la cabeza de Simón el Mago, colocado detrás de la figura de éste y más alto que el resto para situarlo en un plano más profundo.


En la sexta escena aparecen San Pedro y San Pablo desenmascaran a Simón el Mago ante Nerón. Aquí sí que se puede decir que se ha copiado el modelo del primer registro, aunque adolece, al igual que aquél, de un espacio real de carácter naturalista.


En la escena de la crucifixión de San Pedro hay un esquema piramidal con un claro componente simétrico, resuelto sin problemas y en el que se dispusieron dos planos: el primero con San Pedro y los dos verdugos que sujetan sus manos a la cruz, y el segundo con los dos verdugos que sujetan los pies a la zona alta de aquélla.


La última escena o entierro de San Pedro es una de las más complejas e cuanto al esquema compositivo. El primer plano está integrado por el féretro con el cuerpo muerto del Apóstol y sendos personajes situados a la cabeza y pies del difundo. En el segundo plano se disponen el oficiante de los funerales y los dos acólitos que le ayudan en la liturgia y que llevan la cruz y el cirio.


Los textos de este post se han extraído del trabajo de Marisa Melero-Moneo “La tabla de San Pedro del Museo Real de Bruselas. Nuevas aportaciones al estudio de la pintura del gótico lineal catalano-aragonés”, disponible en Internet para su lectura o descarga en pdf: http://ddd.uab.cat/pub/locus/11359722n3p25.pdf


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