martes, 29 de julio de 2014

Juan el Bautista con el donante Juan de la Peña (Álvaro Sánchez)


En el Groeninge Museum de la ciudad belga de Brujas se expone esta tabla del pintor Álvaro Sánchez, activo en Valladolid entre 1450 y 1499, que representa a San Juan Bautista entronizado con el donante, Juan de la Peña, arrodillado a sus pies. Es de suponer que la obra procede de algún lugar de España, aunque no he localizado ninguna referencia sobre la misma ni sobre su autor.


domingo, 20 de julio de 2014

Nacimiento de la Virgen María (Taller de Blasco de Grañén)


Esta tabla formaba parte de un retablo de origen desconocido del que se conservan varias más desperdigadas por diversas colecciones, aunque el conjunto de todas ellas no completa el retablo. El taller de Blasco de Grañén se caracteriza por los detalles anecdóticos que introduce en el relato de las escenas, y así, en este caso vemos como se plasma de forma entrañable el quehacer que se origina con ocasión de un nacimiento: la gallina para la reposición de la parturienta, los pañales calientes para el recién nacido, etc., todo bajo la supervisión de la mujer que parece ser la comadrona. La escena se desarrolla en un dormitorio acomodado del siglo XV.

jueves, 10 de julio de 2014

Retrato de María de Médicis (Antonio Van Dyck)


Este retrato que se expone en el Museo de la ciudad francesa de Lille, es una réplica del conservado en el Museo de Bellas Artes de Burdeos, pintado por Van Dyck en 1631 cuando la reina estaba exiliada en la ciudad de Amberes. A principios del siglo XVIII la pintura se alargó verticalmente mediante bandas a ambos lados de la tela, reduciendo de esta manera la altura; es posible que en origen el retrato fuese de cuerpo entero como el de Burdeos.


domingo, 6 de julio de 2014

Nuestra Señora de las Nieves (Damián Forment)


Talla en alabastro dorado y policromada realizada hacia 1530 para la parroquial de El Salvador de Salvatierra de Escá. Forment crea la imagen a partir de influencias italianas como las estampas de Marcantonio Raimondi, y que más tarde va a reproducir en el retablo de Poblet. Es un ejemplo de la mejor representación de las figuras femeninas que tanto éxito le proporcionó. Se trata de una imagen sencilla, refinada, de formas clasicistas, con ritmo flexible conseguido por el contrapposto de la Virgen en concordancia con el Niño. El alabastro está muy bien trabajado con el abundante plegado de los paños que le confieren volumen a la obra.