lunes, 4 de diciembre de 2017

El enigma sin fin (Salvador Dalí)


Dalí realiza esta obra en 1938, y al año siguiente fue expuesta en la galería de su representante en Nueva York, Julien Levy. En el catálogo que publicaron de la exposición se incluyeron, adicionalmente, seis dibujos que explicaban la progresiva descomposición de la imagen y sus posibles interpretaciones.
La primera se refiere a la playa del Cabo de Creus, sobre el que se recorta una figura femenina vista de espaldas en el acto de coser una vela y arreglar el bote. La segunda es un filósofo reclinado que no tiene nada que ver con la anterior. La tercera se detiene en la descripción del rostro de un deficiente mental tuerto. Junto a ésta, la cuarta posibilidad de lectura define a un animal, un galgo. La quinta, a un instrumento musical, una mandolina. La sexta, a un frutero con peras y dos higos sobre una mesa y, por último, la séptima, a un animal mitológico.
El desarrollo del método de la paranoia-crítica al que había llegado Dalí, había revolucionado la pintura surrealista hasta sus últimas consecuencias en el año 1939. Al respecto, el líder de los surrealistas franceses, André Breton, argumentaba que dicho método servía también para "confeccionar pasatiempos tipo crucigramas".

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